¿Cuáles son las alternativas a la investidura de Carles Puigdemont?
La decisión del Tribunal Constitucional de prohibir la investidura a distancia de Carles Puigdemont frena todas las opciones de que el expresidente sea investido -a no ser que solicite un permiso al Tribunal Supremo y éste se le conceda, algo bastante improbable- y abre la puerta a otros escenarios, desde su recambio por un candidato «limpio» a una nueva convocatoria de elecciones. Las posibilidades son aún inciertas, debido, sobre todo, a la resistencia de Puigdemont por dar un paso al lado y las disputas de poder entre Junts per Catalunya y ERC.
Este lunes, el presidente cesado ha solicitado amparo al presidente del Parlament, Roger Torrent, para asistir al pleno de investidura sin que lo detengan. La figura de Torrent es clave para el futuro del independentismo. Con este escenario, ponemos sobre la mesa todas las alternativas posibles a la investidura de Puigdemont.
Suspender el pleno
Torrent tendría en su mano acatar la orden del Tribunal Constitucional y, en consecuencia, suspender el pleno previsto para el 30 de enero. No parece probable. Al presidente del Parlament le corresponde también, en ese caso, proponer a otro candidato, tras consultar con los grupos.
Aplazar el pleno
Existen diversas interpretaciones sobre si es preciso o no que se produzca una investidura fallida, para que el plazo empiece a correr, hasta la disolución del Parlament, el 2 de abril, y la convocatoria de elecciones.
Estrictamente, la Ley de la Presidencia de la Generalitat no contempla esta situación, inédita. Lo que sí contempla el artículo 103 del Reglamento es la posibilidad de una prórroga del pleno de investidura. «La Mesa del Parlamento puede acordar la prórroga de los plazos establecidos por el presente reglamento. Salvo casos excepcionales, las prórrogas no deben exceder de un tiempo igual al fijado», dice este artículo.
Un candidato «limpio»
La opción de un ‘relevo’ al expresident, que esté libre de cargas judiciales, es la que, conforme pasa el tiempo, gana más enteros, tanto en el PDeCAT como en ERC. El 28 de enero, el portavoz republicano en el Congreso, Joan Tardà, expresó en público lo que muchos piensan en privado: «Si es necesario, habrá que sacrificar a Puigdemont». Ese es el plan de muchos dirigentes independentistas, críticos con que Puigdemont se enroque en su investidura e impida la normalización de la situación en Cataluña, prolongando así la aplicación del 155. El expresident se opone.
En este escenario, la aspirante con más opciones sería Elsa Artadi, ‘cerebro’ de Puigdemont en la campaña y convertida en su gran confidente en Bruselas. Artadi está libre de procesos y podría entenderse como un ‘enlace’ válido entre Puigdemont y la Generalitat, pero capaz de gestionar el día a día en el gobierno catalán.
En fuentes de La Moncloa, es la opción a la que se da más crédito. Eso sí, después de un acuerdo ‘in extremis’, apurando los plazos hasta el final.
Bloquear la investidura y elecciones
Otro de los escenarios, en el delirio independentista, es forzar la investidura de Puigdemont- pese a que resultaría nula-y, posteriormente, ir proponiendo otras candidaturas imposibles hasta una convocatoria electoral.
Para ello se contaría con una serie de aspirantes, cuyas candidaturas resultarían igualmente tumbados por los recursos del Gobierno, como Jordi Sánchez, líder de la ANC-en prisión-o los exconsejeros Jordi Turull o Josep Rull, en libertad provisional.
En el caso de una investidura fallida, los partidos tendrían hasta el 2 de abril para proponer candidato. Si llegada esa fecha no hay acuerdo, se convocarían elecciones autonómicas. Según el Estatut de Cataluña, los nuevos comicios se han de celebrar entre 40 y 60 días después de convocarlos, o según la ley electoral, tendrían lugar 54 días después. Existen distintas opiniones sobre si esa repetición electoral acabaría beneficiando al independentismo.
Arrimadas, candidata
Es la opción en la que se insiste desde el Partido Popular, que presiona a Inés Arrimadas para que opte a la investidura en el caso de que los independentistas persistan en el bloqueo de la investidura.
En ese caso, Torrent no tendría argumentos para rechazar su candidatura, alegan. Otra cosa es si le darían los números, algo que parece poco probable, a no ser que se produzcan deserciones en el bloque independentista.